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Familiares
continuan la búsqueda de decenas de miles de desaparecidos
en Argentina. (Fuente: Agencia Diarios y Noticias
DYN http://www.dyn.com.ar/)
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Washington,
D.C., 23 de Marzo de 2006 - Hoy en el 30 aniversario
del golpe militar en Argentina, el National Security Archive hizo
pública por primera vez una serie de impactantes documentos
desclasificados de Estados Unidos así como documentos secretos
de agencias de inteligencia del Cono Sur que ofrecen evidencias
sobre las atrocidades cometidas por la Junta Militar Argentina.
Los documentos incluyen transcripciones hasta
ahora secretas de la reunión de gabinete de Henry Kissinger
en la que él ordena apoyar de inmediato al nuevo régimen
militar, documentos en que los Departamentos de Estado y Defensa
reportan sobre la represión en marcha. El National Security
Archive ha obtenido también memoranda internos del Batallón
601, unidad de inteligencia del Ejército, así como
de la DINA, policía secreta chilena.
Los documentos registran la reacción inicial de Washington
ante el golpe: "Quiero apoyarles.
No quiero dar la impresión de que ellos están siendo
hostigados por los Estados Unidos" ordena Henry
Kissinger a su personal luego que sus asistentes le advierten
que la Junta Militar producirá una dura represión
después del golpe. Según la transcripción
el encargado de América Latina William Rogers, apenas dos
dias luego de la asonada le comenta a Kissinger que "tenemos
que esperar una importante represión, probablemente un
baño de sangre, en Argentina muy pronto".
Los cables del Departamento de Estado, incluidos algunos obtenidos
previamente por el diario Clarín, muestran que
los funcionarios de Estados Unidos tuvieron conocimiento previo
del golpe. Más de una semana antes de que se produjera,
el Embajador Robert Hill le envía a Rogers un cable secreto
reportando que el almirante Emilio Massera le solicitó
a la embajada "le indicara una o dos reconocidas empresas
de relaciones públicas en Estados Unidos para manejar el
problema de la imagen del futuro gobierno militar". Massera,
según el cable, promete que los militares argentinos "no
seguirán el ejemplo de Pinochet" y "tratarán
de proceder dentro de la ley y con pleno respeto de los derechos
humanos".
Pero la represión en Argentina fue mucho más dura
incluso que en Chile. Para mediados de 1978 según un cable
secreto del agente de la DINA en Buenos Aires, en el Batallón
601 tenian "computados 22,000 entre
muertos y desaparecidos, desde 1975 a la fecha (julio de 1978)."
Muchos más fueron muertos hasta que los militares dejaron
el poder, en 1983.
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Un
documento militar secreto de Argentina revelado aquí por primera vez,
da cuenta de la captura de Jorge Zaffaroni
y su esposa Maria. Ambos desaparecieron. (Fuente:
Sin
Olvido)
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Algunas de las víctimas fueron uruguayos que vivían
en Buenos Aires al momento del golpe. Un reporte de inteligencia
argentino registra detalladamente la operación de secuestro
de dos personas de esa nacionalidad. "De:
Secretaria de Inteligencia del Estado SIDE… Para:.. [Batallon
de] Inteligencia 601.. Objetivo Primario: Jorge Zaffaroni [y ]
Maria… Zaffaroni… Resultado: Positivo…"
se lee en un impactante registro secreto del Batallon de Inteligencia
601 que da cuenta de la operación de secuestro y traslado
ilegal de dos ciudadanos uruguayos que desaparecieron en Argentina
justo en la fecha del informe.
"Por el bien de la memoria y la justicia es extremadamente
importante que este tipo de información de la inteligencia
argentina y de los servicios de seguridad adquiera estado público
y sea rigurosamente analizada" señala el profesor
Marcos Novaro, director del Programa de Historia Política
de la Universidad de Buenos Aires.
"Queda claro que para el Secretario de Estado Henry Kissinger
la Argentina tenía que pagarcon sangre para lograr la estabilidad
en la región" afirma el analista del National Security
Archive Carlos Osorio. "Decenas de miles de argentinos pagaron
el precio por el apoyo de Estados Unidos a la aplicación
por parte de los militares de la doctrina de seguridad nacional,
ignorando toda norma legal y violando todos los derechos humanos".
Los documentos echan luz sobre tres aspectos del golpe y la dictadura
que rige en Argentina entre 1976-83: la reaccion de los Estados
Unidos al golpe, los mecanismos de coordinación y procedimientos
de secuestro utilizados en las operaciones represivas, y la detallada
contabilidad de los crímenes que llevaba el aparato de
inteligencia argentino.
LOS
DOCUMENTOS EN PERSPECTIVA HISTORICA
El año anterior al golpe Argentina se vio envuelta en
una espiral de violencia protagonizada por los escuadrones de
la muerte de la triple A, la Policía Federal y las Fuerzas
Armadas, así como por las acciones guerrilleras del Ejercito
Revolucionario del Pueblo y los Montoneros. Miles de sindicalistas
y activistas populares, periodistas, científicos, abogados
e intelectuales perecieron blanco de las bandas paramilitares
de derecha. Numerosos empleados públicos, oficiales de
las fuerzas armadas y empresarios fueron blancos de las guerrillas
de izquierda. Algunos ejecutivos de empresas extranjeras, muchas
de ellas norteamericanas, fueron secuestrados o amenazados. La
propia Embajada de Estados Unidos sufrio amenazas y atentados;
uno de sus oficiales fue herido y otro muerto durante 1975. El
caos económico en Argentina se generaliza y para principios
de 1976 las fuerzas políticas y sindicales han abandonado
a la Presidenta Isabel Perón a su suerte. El golpe militar
era visto por amplios sectores políticos y sociales como
el paso inevitable para recuperar la estabilidad.
Los documentos reunidos sobre el intercambio de información
y opiniones entre militares argentinos y diplomáticos norteamericanos
durante los días inmediatamente anteriores y posteriores
al golpe revelan una cuestión que hasta ahora no ha sido
suficientemente considerada: cuán central y anticipada
fue la preocupación por el ocultamiento de una estrategia
represiva que se descontaba iría más allá
de todo marco legal, incluso de la amplia legislación represiva
disponible, y que por lo tanto habría de ser esencialmente
clandestina. Tanto los represores argentinos como los diplomáticos
norteamericanos reconocen que dicha estrategia no puede ser sino
criminal y descartan la posibilidad de "errores" o "excesos".
La experiencia de Pinochet, con la publicidad de crueles acciones
represivas, el consecuente aislamiento internacional y las críticas
dirigidas al claro apoyo que el golpe de 1973 en Chile recibiera
del gobierno norteamericano, no quiere ser repetida. Ni los norteamericanos
querían que se dijera que habían promovido el golpe
en ninguna forma, ni los golpistas argentinos deseaban se difundieran
imágenes de la represión que despertaran la crítica
internacional. Lo interesante de esta coincidencia estratégica
entre el gobierno de EEUU y los militares argentinos en no repetir
el comprometedor experimento chileno, es la enseñanza que
cada uno de ellos extrae. Los norteamericanos se mantendrán
en una tensión entre la colaboración y la prudencia;
los argentinos en un cínico desdoblamiento de su estrategia
pública y clandestina.
El entusiasmo con que el gobierno de los Estados Unidos recibe
el golpe y la disposición a colaborar con la imagen de
moderación que la Junta Militar ofrece quedan se ven claramente
cuando William Rogers advierte al Secretario Kissinger que los
militares argentinos "van a tener que entrarle fuerte no
solo contra los terrorista sino contra los disidentes de los sindicatos
y sus partidos," y recomienda "no debemos apresurarnos
en este momento y dar una acogida al nuevo régimen".
Kissinger, sin embargo, ordena que se de apoyo de Estados Unidos
al nuevo gobierno. "Si van a tener una oportunidad",
dice Kissinger, "van a necesitar un pequeno aliento de nuestra
parte."
* * *
La participación de los militares argentinos en el Plan
Cóndor ya ha sido tratada en anteriores estudios. Los documentos
aquí presentados ofrecen sin embargo por primera vez un
muy preciso ejemplo y una prueba concluyente del procedimiento
seguido para rastrear a activistas y guerrilleros, secuestrarlos
y remitirlos a los organismos militares y de inteligencia de los
respectivos países. Ellos muestran el perfecto encadenamiento
existente entre el pedido de información, las órdenes
de captura y los reportes sobre operativos realizados. Y ofrecen
una muy clara fotografía del funcionamiento interno de
la maquinaria represiva de la Dictadura Militar iniciada en 1976.
La operación clandestina para capturar, secuestrar, detener
y desaparecer a dos uruguayos, Jorge Zaffaroni y su esposa Maria
Islas de Zaffaroni, queda registrada con todos sus detalles dramáticos
en los documentos obtenidos de agencies de inteligencia de cuatro
países. El National Security Archive pudo reconstruir el
rastro documental de los escalofriantes eventos de septiembre
de 1976 que llevaron a la desaparición de dos ciudadanos
uruguayos:
- Para mayo de 1976, la inteligencia uruguaya esta rastreando a docenas de guerrillas del OPR-33 operando en Buenos Aires. Un documento secreto que se publica aqui por primera vez, muestra una lista recopilada entre mayo y octubre de 1976, conteniendo los nombres del matrimonio
Zafffaroni y 60 otros miembros de la OPR-33. El documento encontrado en el archivo de la Policia Secreta de Paraguay, fue probablemente compartido con las agencias de inteligencia del Cono Sur. (Fuente:
El Archivo del Terror de la policia secreta del Paraguay)
- Un cable de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de los
Estados Unidos redactado a mediados de septiembre de 1976, da
cuenta de una delegación del alto mando argentino que
viaja a Montevideo a coordinar operaciones de inteligencia.
(Fuente: Petición judicial italiana al gobierno de los
Estados Unidos)
- Un informe de inteligencia argentino obtenido por el National
Security Archive de una fuente confidencial, registra que información
proveída por la inteligencia uruguaya permite a la Secretaria
de inteligencia del Estado ordena al Batallón de Inteligencia
601 secuestrar al matrimonio Zaffaroni; la operación
se lleva a cabo exitosamente y la pareja es entregada a las
autoridades uruguayas luego de lo cual desaparecen.
- Un cable de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Octubre
1 de 1976, informa finalmente que en una operación de
una semana, la cooperación de inteligencia entre Argentina
y Uruguaya ha destruido a la OPR-33.
Una conclusión complementaria y muy significativa
que se desprende de la lectura de estos documentos es que en la
instrumentación del Terrorismo de Estado en el caso argentino
operó de modo muy eficiente y articulado la "comunidad
de inteligencia", independientemente de las disputas facciosas
que enfrentaban a las distintas ramas de las Fuerzas Armadas y
el gobierno. Contra la interpretación de algunos estudiosos
que señalan que la represión fue decidida centralmente
pero instrumentada en forma totalmente descentralizada, y que
debido a las diferencias políticas existentes entre grupos
militares no fue posible en Argentina, a diferencia de Chile,
por ejemplo, organizar una red de inteligencia centralizada y
exhaustiva, los documentos presentados muestran que más
allá de la efectiva descentralización operativa,
la SIDE y otros organismos como el Batallón 601 tuvieron
un rol fundamental en la planificación y coordinación
de operaciones y en la sistematización de la información
recabada. Asimismo, la asistencia de altos jefes militares a reuniones
regionales de coordinación revela hasta qué punto
el poder militar otorgó prioridad desde muy temprano a
extender la persecución de guerrilleros o simples opositores
más allá de las fronteras del país.
* * *
Hacia mediados de 1978, tanto por la creciente presión
internacional originada en denuncias sobre las violaciones a los
derechos humanos, como por la decisión del gobierno militar
de desintensificar la acción represiva y orientarse hacia
el objetivo de consagrar institucionalmente su legitimidad (lo
que Videla llamó "ganar la paz"), comienza a
realizarse dentro del aparato represivo un balance de las operaciones
de secuestro, tortura y aniquilamiento de la "subversión"
efectuadas hasta ese momento. Los documentos reunidos en esta
sección reflejan esta tarea de "cuantificación"
de las desapariciones por parte de los organismos de inteligencia.
Una vez más, queda en evidencia el alto grado de coordinación
informativa y la formalización de los procedimientos utilizados
por el Terrorismo de Estado. La existencia de muy precisa información
sobre las víctimas, su destino final y la categorización
y cuantificación de detenidos, secuestrados y muertos,
es plenamente consistente con ese rasgo del funcionamiento represivo.
Asimismo, se pone en evidencia la creciente dificultad que encuentra
el régimen para negar veracidad a las denuncias sobre secuestros
y desapariciones. En particular, la descripción realizada
por el Embajador Castro demuele esta postura denegatoria oficial.
Es interesante también en este sentido que el argumento
cínico de Videla sobre las causas de desapariciones se
empieza a volver contra él, al abrir la puerta a la idea
de "excesos" y forzarlo a dar explicaciones. Precisamente
por esta dificultad de su cínico y ambiguo argumento es
que comenzará a ganar peso en las filas militares la postura
de los duros, que será acompañada en forma oportunista
por Massera: por qué no dar las listas de muertos y cerrar
la cuestión reconociendo cuáles fueron los "procedimientos
de guerra" utilizados? Dado que la mayoría de la sociedad
hasta entonces respaldaba la "victoria sobre la subversión"
como un logro indiscutible del régimen, se podía
descartar que acompañaría esta explicación
y la cuestión quedaría cerrada.
DOCUMENTOS
Los
Militares Argentinos y Estados Unidos frente al Golpe
Esta seccion fue realizada en colaboración
con Fernando Rocchi y Catalina Smulovitz de la Universidad Torcuato
Di Tella.
La
fórmula de la colaboración entre los militares argentinos
que protagonizaron el golpe de 1976 y la diplomacia norteamericana
conducida por Henry Kissinger parece haber sido la siguiente:
"nosotros (la Junta militar) simulamos moderación
mientras secretamente aplicamos el terrorismo de Estado, ustedes
(el gobierno norteamericano) otorgan un genérico apoyo
sin verse obligados a emitir opinión respecto de lo que
pueden decir no tener conocimiento".
Los
primeros dos documentos aquí presentados, ya hechos públicos
con anterioridad, adquieren nueva luz a partir de la desclasificación
de conversaciones en el gabinete de Kissinger respecto de qué
actitud adoptar hacia el golpe y la dictadura militar en Argentina.
Concretamente, ilustran el grado de conocimiento existente respecto
del tipo de represión que se pone en marcha y la mutua
conveniencia de una estrategia clandestina que busca minimizar
el impacto público de las críticas.
Febrero
16, 1976 - Los
Militares Se Dan por Enterados del Tema de Derechos Humanos
Fuente: Proyecto de Desclasificación del
Departamento de Estado sobre Argentina de 2002. Originalmente
desclasificado por petición FOIA del Suplemento Zona del
Diario Clarín en 1998.
Publicado
previamente en 2001 en la gacetilla electrónica "El
Estado terrorista desenmascarado"; una colaboración
entre el National Security Archive y el Centro de Estudios Legales
y Sociales CELS
Para principios de 1976, los aparatos de inteligencia y la
diplomacia de Estados Unidos conocen de la decisión militar
de dar un golpe. En este cable secreto proveyendo inteligencia
política (estampado con la etiqueta PINT), el Embajador
de Estados Unidos en Argentina, Robert Hill, informa directamente
al Secretario de Estado y a su asistente para América
Latina William Rogers, que funcionarios del Ministerio de Relaciones
Exteriores (del gobierno de Isabel Perón) y periodistas
vinculados con el Jefe del Estado Mayor del Ejercito Roberto
Eduardo Viola, reportan la preparación por parte de los
jefes militares de un plan de relaciones publicas en torno al
golpe y el inicio del régimen militar, que tendrá
por objetivo evitar sanciones del Congreso de Estados Unidos
por la violación de los derechos humanos. A través
de sus voceros, los militares argentinos indican a la Embajada
que inevitablemente habrá violaciones de derechos substanciales,
pero remarcan la necesidad de una comprensión mutua entre
Estados Unidos y el futuro gobierno y destacan su interés
porque éste no sea objeto de las mismas críticas
que Chile y Uruguay.
"Diego Medus (proteger), Jefe de la Oficina para Norteamérica
en el Ministerio de Relaciones Exteriores, me confió
en un almuerzo el 13 de febrero que El Grupo Militar de Planificación
le ha pedido preparar un estudio y hará recomendaciones
de cómo el futuro gobierno militar puede evitar o minimizar
el tipo de problemas que han tenido los gobiernos chileno y
uruguayo con los EEUU sobre el tema de los derechos humanos.
Medus dijo que les ha dicho que ellos tendrán problemas
si comienzan a ejecutar gente. Los oficiales respondieron que
ellos tienen la intención de llevar a cabo una guerra
total contra los terroristas y que por lo tanto algunas ejecuciones
probablemente serán necesarias. Quisieran minimizar cualquier
problema resultante con los EEUU, sin embargo, y por lo tanto
le pedían a Medus preparar el estudio".
"2. Además, Heriberto Kahn de La Opinión
dijo a nuestra sección política el 13 de febrero
que en una reciente conversación con el General Viola,
él [Kahn] trajo a colación el tema de los derechos
humanos y le señaló que cualquier gobierno militar
futuro debe evitar pasos que puedan llevar a problemas con el
Congreso de EEUU tales como los que esta teniendo el gobierno
de Pinochet... [Viola] remarcó, sin embargo que mientras
él, [el comandante del ejército Jorge Rafael]
Videla y varios otros altos oficiales entienden el problema
completamente, hay muchos oficiales debajo de ellos que no y
que desean tomar medidas contundentes aún cuando tales
medidas ofenden al Congreso de EEUU. Él enfatizó
que se necesitará paciencia y comprensión de ambas
partes".
"3. Comentario: Es alentador notar que los militares
argentinos están conscientes del problema y ya están
concentrándose en vías para evitar que los
derechos humanos se conviertan en un factor irritante en las
relaciones EEUU-Argentina. Hill"
[Nota: Los subrayados son nuestros]
Marzo
16, 1976 - 1976
Conversación del Embajador con el Almirante Massera
Fuente:
Proyecto de Desclasificación del Departamento de Estado
sobre Argentina de 2002. Originalmente desclasificado por petición
FOIA del Suplemento Zona del Diario Clarín en 1998.
Continuando su seguimiento del movimiento golpista, el Embajador
Hill informa al Secretario Asistente William Rogers sobre una
conversación con el Jefe de la Armada Argentina, Emilio
Eduardo Massera, en la que éste asegura que los militares
actuarán en el más "democrático y
moderado modo posible". El gobierno militar, dice Massera,
"no seguirá la línea de Pinochet en
Chile… tratará de proceder dentro del marco de
la ley y con respeto total por los derechos humanos… no
tiene intención de extender actividades de vigilancia,
tomar represalias extra legales o de llevar a cabo acciones
en contra de civiles no implicados".
Cuando Massera pide al Embajador que le recomiende una empresa
de relaciones publicas para manejar la imagen del gobierno militar,
Hill responde "que el gobierno de Estados Unidos no
puede implicarse de manera alguna en los asuntos internos de
Argentina."
Más adelante el embajador Hill informa al Departamento
de Estado que mantendrá su programado viaje y estará
fuera del país en el momento en que se produzca el golpe,
para no resultar implicado:
"Tengo planes y reservaciones para salir de Argentina
la noche de Marzo 17, si cancelara estos planes hoy y el golpe
se llevara a cabo, digamos el 18 de marzo, ello podría
ser interpretado por muchos como prueba de que teníamos
conocimiento previo de la acción militar, es más,
se podría decir que cancelé mis planes y me quedé
aquí para ayudar a dirigir el golpe… Es en el mejor
interés del gobierno de los Estados Unidos que proceda
con mis planes tal como si no nos hubiésemos enterado…
el hecho de que yo esté fuera del país cuando
el golpe ocurra será, creo, un hecho a nuestro favor
que indicará no intervención de la Embajada y
el gobierno de Estados Unidos".
Marzo
26, 1976 - [Reunión
de personal de alto nivel con el Secretario de Estado Henry Kissinger, pagínas 1, 19-23]
[Documento
completo]
Fuente: Obtenido por a través de FOIA por
el analista del National Security Archive William Burr e identificado
por el analista en jefe del Archive Peter Kornbluh en enero 2006.
Dos días luego del golpe, durante una reunión
con el personal clave del Departamento de Estado, el Secretario
Asistente para Asuntos Hemisféricos William Rogers informa
al Secretario de Estado Henry Kissinger que los generales argentinos
harán "un esfuerzo considerable para implicar
a los Estados Unidos --- particularmente en el plano financiero"
respecto de los planes del nuevo gobierno militar. Kissinger
responde:"Si, pero eso está dentro de nuestros
intereses."
Rogers apunta que "Si tienen [la Junta] una oportunidad
de triunfar y no nos piden poner mucho sobre la mesa, lo que
trataremos de hacer, cuando y si es que ellos nos presentan
un plan tal, es lo que hemos estado listos para hacer hace seis
meses. Habíamos elaborado como intermediarios un programa
razonable de asistencia internacional, usando los bancos privados
y las instituciones monetarias."
Sin embargo, Rogers explica que los EEUU se encuentran en una
posición delicada y sopesa las maneras en que se puede
transmitir apoyo de los Estados Unidos y al mismo tiempo cuidar
la imagen, puesto que aunque la opinión publica argentina
e internacional consideran el golpe militar muy moderado,
"es de esperar una cantidad substancial de represión,
probablemente mucha cantidad de sangre en Argentina muy pronto.
Creo que van a tener que entrarle fuerte no sólo contra
los terroristas sino contra los disidentes de los sindicatos
y sus partidos… Pienso pues que el asunto es que no debemos
en este momento apurarnos a dar una acogida a este régimen
- que de aquí a seis meses será considerablemente
menos popular con la prensa."
El Secretario de Estado responde: "Qué significa
esto en concreto? Si van a tener alguna oportunidad (la Junta
militar), van a necesitar ser alentados de nuestra parte…
porque yo quiero alentarles. No quiero hacerles sentir que están
siendo hostigados por los Estados Unidos."
Kissinger y Rogers acuerdan reconocer formalmente a la Junta
así como lo han hecho otros países latinoamericanos,
pedir al embajador en Argentina Robert Hill que mantenga una
postura publica parca y elaborar instrucciones para transmitir
un mensaje receptivo, discreto pero substancial de apoyo de
los Estados Unidos - particularmente financiero - cuando los
generales estén listos a acercarse a la Embajada de Estados
Unidos."
[Nota: El 27 de Marzo de 1976, el FMI aprobó un crédito
por $127 millones de dólares a la Junta Militar]
Marzo
30, 1976 - La
Línea Moderada de Videla Prevalece **
Fuente: Proyecto de Desclasificación del
Departamento de Estado sobre Argentina de 2002. Originalmente
desclasificado por petición FOIA del Suplemento Zona del
Diario Clarín en 1998.
Publicado previamente en 2001 en la gacetilla electrónica
"El Estado terrorista desenmascarado"; una colaboración
entre el National Security Archive y el Centro de Estudios Legales
y Sociales CELS
Casi una semana después de la asonada militar, en un
tono extremadamente optimista, el Embajador envía un
balance global de siete páginas sobre la nueva Junta
Militar que revela contradicciones entre valoraciones reales
y sus ilusiones respecto del régimen:
"Videla está al menos por el momento en una
posición suficientemente poderosa para controlar a los
duros e imponer una orientación moderada (...) El golpe
puede ser ahora definitivamente considerado como moderado (...)
no han atacado al peronismo ni a ningún otro partido.
Han arrestado a algunos altos funcionarios como Raúl
Lastiri, Julio González y Carlos Menem a los que se cree
culpables de malversación y abuso de poder (...) pero
es claro que no han hecho arrestos masivos. Nadie ha sido puesto
contra un paredón (....) La mayoría de los diputados,
gobernadores y funcionarios depuestos han sido simplemente enviados
a sus casas (...) La actividad política ha sido suspendida
temporalmente y los partidos tienen que quitar sus carteles
en los locales. Sus organizaciones están intactas y varias
de las fuentes de la embajada en los partidos han expresado
su esperanza de que se permita volver a cierta actividad política
en no más de seis meses (...) Antes del golpe se temía
que los militares duros se excedieran en sus órdenes
y arbitrariamente asesinaran o arrestaran a sindicalistas, peronistas
o izquierdistas que les disgustaran, pero no ha sucedido (...)
Muchos líderes sindicales han hecho las paces con los
militares y desean colaborar"
El Embajador concluye que "este es probablemente el
mejor ejecutado y el más civilizado de los golpes en
la historia de Argentina. Ha sido único en otros aspectos
también. Los Estados Unidos no han sido acusados de estar
detrás de el, excepto por Nuestra Palabra, el órgano
del PCA (...) Los Estados Unidos por supuesto no deben ser identificados
muy estrechamente con la Junta, pero en tanto que el nuevo gobierno
pueda mantener la línea moderada el gobierno de Estados
Unidos debe alentarlo examinando con ojos positivos cualquier
petición de asistencia."
[Nota: A principios de Abril de 1976, el Congreso de Estados
Unidos aprobó la petición de la Administración
Ford, redactada y justificada por el Secretario de Estado Henry
Kissinger, de entregar 50 millones de dólares en asistencia
militar a los generales argentinos.]
Procedimientos
aplicados por el Terrorismo de Estado - Operación Cóndor
Los
siguientes documentos detallan la mecánica aplicada bajo
el plan Cóndor y la instrumentación general del
Terrorismo de Estado en Argentina. La secuencia es la siguiente:
a un "listado de buscados" emitido por el Ejército
uruguayo, y distribuido a todos los organismos de seguridad y
Fuerzas Armadas de los países que coordinaban su esfuerzo
represivo, sigue una reunión de coordinación en
Uruguay en la que participan altos jefes militares argentinos,
y un pedido de captura emitido por la SIDE, que da lugar a un
procedimiento de secuestro y posterior desaparición de
dos personas, documentados ambos por el siguiente informe del
Batallón 601. Finalmente, un reporte de la DIA da cuenta
de los resultados alcanzados con estos procedimientos: el desmantelamiento
de la organización uruguaya OPR-33 a través del
secuestro en Argentina y otros países de buena parte de
sus miembros.
Mayo-Octubre
1976 - Relación
de Requeridos del OPR-33
Fuente: Centro de Documentación y Archivo
CDyA, de la Corte Suprema de Justicia del Paraguay, también
conocido como "Archivo del Terror". Copia recabada por
Carlos Osorio.
El Departamento II de Inteligencia del Ejercito Uruguayo envió
una lista de requeridos de la organización subversiva
OPR-33 a las agencias de inteligencia del Cono Sur. Entre los
nombres listados se encuentran Jorge Roberto Zaffaroni Castilla
(página 4, segundo desde abajo), y Maria Emilia Islas
Gatti de Zaffaroni (página 5, cuarto desde abajo). El
documento fue obtenido en el Centro de Documentación
y Archivo para los Derechos Humanos (CDyA) de la Corte Suprema
de Justicia del Paraguay, que alberga el "Archivo del Terror"
de la Policía Secreta de la dictadura de Stroessner,
donde se han localizado otros varios documentos concernientes
a la cooperación de los servicios de inteligencia del
Cono Sur bajo la denominación Operación Cóndor.
De las personas listadas en este documento, un gran número
fueron secuestradas y torturadas, y doce desaparecieron en manos
de las fuerzas de seguridad de Argentina y Uruguay. Cuatro niños
que fueron capturados con sus padres o nacieron en cautiverio
fueron apropiados ilegalmente y criados por sus secuestradores.
La hija del matrimonio Zaffaroni fue criada por un oficial de
la Secretaria de Inteligencia del Estado SIDE, de Argentina.
Sus familiares lograron la recuperación de su identidad
en 1993.
Septiembre
22, 1976 - IR
6 804 0300 76: Contra Subversión
Fuente: Pedido de información a la Agencia
de Inteligencia de la Defensa por el Juez GianCarlo Cappaldo en
Italia. Copia obtenida por John Dinges
Un informe de inteligencia (IR - Intelligence Report) de la
Agencia de Inteligencia de la Defensa de los EEUU, (Defense
Intelligence Agency - DIA) informa que
"El 15 de Septiembre de 1976… Roberto Viola,
Jefe del Estado Mayor del Ejército, el General Suárez
Mason, Comandante del Primer Cuerpo y el coronel Juan Saa, Subjefe
de Inteligencia del Ejercito… viajan a Montevideo…
Un coronel de alto nivel del Ejército responsable de
la inteligencia interna en Argentina… salió el
17 de Septiembre de 1976 para Brasilia para discutir temas de
inteligencia con las Fuerzas Armadas brasileñas. [Una
fuente no identificada informa] que la misión es secreta
y que el Ejército Argentino está intercambiando
información sobre la subversión… pero la
fuente no elaboró hasta qué punto la coordinación
se lleva a cabo".
"La visita del oficial del Ejército a Brasil
provee información sólida en cuanto a que los
argentinos están coordinando activamente con sus vecinos
en materia de contrainsurgencia. Aunque el motivo del viaje
del General Viola a Uruguay no es claro, bien puede que sea
para coordinar actividades contra subversivas…"
Septiembre
29, 1976 - [Entregados
a OCOAS]
[Nota: Este documento ha sido tratado digitalmente para mejorar su legibilidad y proteger la fuente]
Fuente: Protegida. Obtenido por Carlos Osorio
Este informe del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército
Argentino, documenta que los ciudadanos uruguayos Jorge Zaffaroni
y Maria Emilia Islas de Zaffaroni han sido capturados en Buenos
Aires y entregados al Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas
(OCOAS) del gobierno uruguayo. El matrimonio Zaffaroni desapareció
el 29 de Septiembre de 1976. El informe revela que información
proveniente del exterior (probablemente de la inteligencia uruguaya)
determina a la Secretaría de Inteligencia del Estado
de Argentina (SIDE) a solicitar el 18 de Septiembre que se capture
a los Zaffaroni. El Batallón 601 luego registra que la
operación se llevó a cabo el 27 o el 29 de Septiembre,
y ha sido "exitosa".
Octubre
1, 1976 - IR
6 804 0334 76: Operaciones Especiales
Fuente: Colección de documentos desclasificados
sobre Chile por el Departamento de Defensa de los EEUU en Junio
30 de 1999. Identificado y recabado por varios investigadores
del National Security Archive
Este informe de inteligencia (IR - Intelligence Report) de
la Agencia de Inteligencia de la Defensa de los EEUU, (Defense
Intelligence Agency - DIA) da cuenta de una operación
de contrainsurgencia conjunta de los países del Cono
Sur conocida como Operación Cóndor. En particular,
el documento informa sobre una razzia conjunta entre agencias
de inteligencia de Argentina y Uruguay en Buenos Aires en la
que fueron capturados los Zaffaroni. El documento trae a colación
la misión militar de alto nivel a Montevideo mencionada
días atrás en otro cable de la DIA (citado más
arriba), probablemente en preparación de esta operación.
"Operación Cóndor es el nombre clave
dado a la recolección de inteligencia sobre izquierdistas,
comunistas y marxistas en el área del Cono Sur. Fue establecida
recientemente para la cooperación de servicios de inteligencia
de América del Sur a fin de eliminar actividades terroristas
marxistas en los países miembros con Chile, se dice,
siendo el centro de operaciones. Otros miembros que participan
son Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia… Los miembros
que muestran el mayor entusiasmo hasta la fecha han sido Argentina,
Uruguay y Chile. Estos tres países están embarcados
en operaciones conjuntas , principalmente en Argentina, contra
blancos terroristas. Durante la semana del 20 de septiembre
de 1976, el director del Servicio de Inteligencia del Ejercito
argentino viajó a Santiago a consultar con sus contrapartes
chilenas sobre Operación Cóndor (Este viaje es
similar al viaje reportado en el IR 6 804 0309 76.)"
"Durante el período entre el 24 y 27 de septiembre
de 1976, miembros de la Secretaria de Inteligencia del Estado
de Argentina (SIDE), operando con oficiales del Servicio de
Inteligencia militar de Uruguay llevaron a cabo operaciones
contra la organización terrorista uruguaya OPR-33 en
Buenos Aires. Como resultado de esta operación conjunta,
oficiales de la SIDE dicen que toda la infraestructura del OPR-33
en Argentina ha sido eliminada…"
El
Ejercito Saca Cuentas de los Desaparecidos
Los documentos reunidos en esta sección reflejan la tarea
de "cuantificación" de las víctimas de
la represión en general, y de los secuestros y desapariciones
en particular, que llevan adelante los organismos de inteligencia
argentinos durante 1978. Dejan en evidencia el alto grado de coordinación
y la formalización de los procedimientos utilizados por
el Terrorismo de Estado.
La existencia de información estadísticamente organizada
sobre las víctimas, y sobre su destino final, ha sido objeto
de intenso debate desde antes incluso de que finalizara la dictadura
militar. Debido a la destrucción u ocultamiento de la mayor
parte de esa información sigue planteado hasta el presente
el interrogante respecto al número exacto de víctimas
de la represión. Los documentos aquí presentados
echan luz sobre aspectos de este problema, pero no pretenden cerrar
la cuestión. Ello dependerá de que adquiera estado
público y pueda ser rigurosamente analizada toda la información
existente en los organismos de seguridad, inteligencia y defensa
del Estado argentino.
Marzo
28, 1978 - El
problema de los que desaparecieron
Fuente: Documentos del Departamento de Estado sobre
Argentina desclasificados en Agosto de 2002. Recabado por Carlos
Osorio y publicado por primera vez en la gacetilla electrónica
77 del Nacional Security Archive Argentine Junta Security Forces
Killed Disappeared Activists, Mothers and Nuns.
Bajo presión de los Estados Unidos, el gobierno del
Genera Rafael Videla se encuentra en el proceso de hacer pública
por primera vez información que da cuenta de cerca de
3000 prisioneros PEN (a disposición del Poder Ejecutivo
Nacional) reconocidos oficialmente. En este cable, el Embajador
de EEUU Raúl Castro reflexiona sobre cómo la dinámica
generada por la publicación de nombres, llevará
de seguro a que los familiares reclamen por los miles de nombres
que no aparecerán en las listas. En el memo, Castro describe
el fenómeno de los desaparecidos así:
"Miles de vidas han sido cegadas probablemente por
la violencia civil, terrorismo y contraterrorismo en Argentina
durante los últimos seis años. Muchos han muerto
a tiros o en atentados por bombas. Sin embargo hay una categoría
muy grande que se conoce como "los desaparecidos".
La explicación convencional del gobierno por las personas
que han desaparecido sin dejar huellas es que:
1) Han pasado a la clandestinidad
2) Eran terroristas que fueron muertos por sus correligionarios
3) Han huido del país
4) Han muerto en enfrentamientos y sus cuerpos son irreconocibles,
o
5) Fueron victimas de excesos de la contra-subversión
Aunque sabemos que hay un numero significativo en las primeras
categorías, estamos convencidos que la mayoría
cae dentro de la quinta. Estos individuos fueron capturados
por elementos de las fuerzas de seguridad y han sido ejecutados
sumariamente (…) Estimamos que por lo menos varios miles
han muerto [así] y dudamos que algún día
pueda ser posible reconstruir una figura mas especifica."
En términos de estrategia diplomática, y tomando
en cuenta los pequeños pasos respecto a los derechos
humanos que la junta militar había dado hasta la fecha,
entre ellos permitir el ingreso a las cárceles de inspecciones
de la Cruz Roja y publicar los nombres y el número exacto
de prisioneros PEN, al finalizar su memo, Castro recomienda
que
"El gobierno de EEUU debe concentrar sus esfuerzos
en las oportunidades creadas para un continuo progreso hacia
la reinstauración del imperio de la ley. Sin legitimar
o perdonar al gobierno argentino por su participación
en las desapariciones, no debemos apoyar demandas en el sentido
de rendir cuentas por ellas."
Abril
26, 1978 - [Nota
sobre Derechos Humanos del oficial político Tex Harris]
Fuente: Documentos del Departamento de Estado sobre
Argentina desclasificados en Agosto de 2002. Recabado por Carlos
Osorio
En un informe a varios de sus colegas en el Departamento de
Estado, el oficial de derechos humanos de la Embajada de EEUU,
Tex Harris escribe que además de los prisioneros PEN,
"Uno de los descubrimientos de la jerga que hemos
hecho recientemente tiene que ver con los DAM - personas a Disposición
de la Autoridad Militar. Este es el argot para los desaparecidos
pero que son prisioneros vivos no reconocidos…"
Julio
13, 1978 - La
Cruz Roja Internacional pide apoyo para su programa en Argentina
Fuente: Documentos del Departamento de Estado sobre
Argentina desclasificados en Agosto de 2002. Recabado por Carlos
Osorio
La Embajada de EEUU envía un cable al Departamento de
Estado explicando cuán importante es apoyar el trabajo
de la Cruz Roja en Argentina. Entre otras cosas, la Embajada
informa que según una fuente secreta, se han enterado
que
"La Cruz Roja ha empezado a tener acceso a los prisioneros
políticos detenidos a Disposición de la Autoridad
Militar (DAM)… El trabajo de rastreo de la agencia central
de la Cruz Roja es importante en el esfuerzo de establecer un
numero preciso de desaparecidos en Argentina. El cable citado
informa que los archivos actuales de la Cruz Roja contienen
mas de 20,000 tarjetas de personas detenidas y desaparecidas
en Argentina…"
Mediados
de Julio, 1978 - [La
inteligencia militar Argentina calcula que han muerto o desaparecido
a 22,000 personas (Página 8)]
[Nota:
esta pagína ha sido tratada digitalmente para su legibilidad. Para
acceder al documento original completo oprima aquí]
Fuente: Copia obtenida por John Dinges en las Cortes
Federales de Argentina. Documento citado en 2005 en el libro de
John Dinges Los
Años del Cóndor y publicado aquí por
primera vez.
El documento del cual presentamos un extracto aquí contiene
el único informe que se conoce de los cálculos
hechos por la inteligencia militar argentina respecto del número
de personas que sus grupos de tareas habían matado durante
la represión. El documento fue enviado a la DINA chilena
por el oficial de inteligencia chileno Enrique Arancibia Clavel,
que usaba el seudónimo "Luís Felipe Alemparte
Díaz", y está basado en documentación
a la que él tuvo acceso en los cuarteles centrales del
Batallón de Inteligencia Militar 601. Arancibia Clavel
era el representante en Argentina de la red de "Operación
Cóndor" creada en noviembre de1975 por las fuerzas
de seguridad de Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia y
Paraguay. El informe provee importante evidencia en cuanto a
que el número total de desaparecidos es significativamente
mayor que las 9,089 personas listadas en el informe de la Comisión
Nacional de los Desaparecidos (CONADEP) en los años ochenta.
Es también significativo que la inteligencia militar
inicia el registro en 1975, en momentos en que los militares
han tomado las riendas de las actividades represivas a nivel
nacional, varios meses antes del golpe militar de marzo de 1976.
Ya que se sabe que las desapariciones continuaron por varios
años más, el total de desaparecidos por los militares
puede ubicarse bien por encima de los 22,000 que reporta este
informe de Julio de 1978.
El informe se encontró entre aproximadamente 1500 páginas
de documentos confiscados por las Cortes Federales Argentinas
en noviembre de 1978 al agente chileno Arancibia Clavel, que
fueron conservados en cinco volúmenes en los archivos
de las Cortes desde entonces. John Dinges obtuvo una copia de
estos volúmenes en enero de 2002 y ha puesto los documentos
a disposición del público en el National Security
Archive. El documento publicado aquí corresponde a la
página 238 del Volumen V. El documento fue citado por
primera vez en el libro de John Dinges, The
Cóndor Years: How Pinochet and His Allies Brought Terrorism
to Three Continents (The New Press).
Los jefes de la inteligencia chilena habían pedido a
Arancibia recabara nombres y números de personas muertas
y desaparecidas en Argentina. En varios memorandums enviados
a principios de julio de 1978 el agente envía a Santiago
miles de nombres y fechas de muertes y desapariciones. En este
cable que parece recapitular todo este trabajo de conteo, Arancibia
da cuenta de todo el material enviado y dice que,
"[E]n estas listas van tanto los muertos "oficialistas"
como los "no oficialistas". Este trabajo se logró
conseguir en el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército
sito en Callao y Viamonte de esta capital, que depende de la
Jefatura II Inteligencia Ejército del Comando General
del Ejército y del Estado mayor General del Ejército…
Los que aparecen NN son aquellos cuerpos imposibles de identificar,
casi en un 100% corresponden a elementos extremistas eliminados
"por izquierdas" [ver nota], por las fuerzas de seguridad.
Se tienen computados 22,000 entre muertos y desaparecidos, desde
1975 a la fecha.
Luís Felipe Alemparte Díaz"
[Nota: Operaciones "por izquierda" en el argot de
las fuerzas de seguridad significaba cualquier actividad ilegal.
Para una descripción de las operaciones secretas de asesinato
y desaparición de personas por las fuerzas de seguridad
durante la dictadura argentina, ver la descripción hecha
por un oficial de inteligencia en la sección que describe
"El destino de los desaparecidos" página 5
del memorando fechado Agosto 9, 1979 y titulado "Tornillos
y Tuercas de la Represión Gubernamental del Terrorismo
y la Subversión", (Gacetilla electrónica
del National Security Archive numero 73, Departamento de Estado
de EEUU Abre Archivos Sobre La Guerra Sucia Argentina )]
Agosto
1, 1978 - Seguimiento
al resumen de derechos humanos
Fuente: Documentos del Departamento de Estado sobre
Argentina desclasificados en Agosto de 2002. Recabado por Carlos
Osorio
En respuesta a peticiones de clarificación del Departamento
de Estado sobre el último resumen sobre Derechos Humanos
de la Embajada, ésta reporta que
"La información sobre le eliminación de
terroristas y subversivos es como se comprenderá un área
de gran sensibilidad dentro del gobierno argentino y es retenida
muy estrechamente. Por lo tanto, la Embajada no tiene información
actual respecto de la magnitud de la eliminación de terroristas
y subversivos…"
Diciembre
27, 1978 - Números
de desapariciones
Fuente: Documentos del Departamento de Estado sobre
Argentina desclasificados en Agosto de 2002. Recabado por Carlos
Osorio
El oficial a cargo de los derechos humanos en la Embajada de
EEUU, Tex Harris, informa en este documento sobre los desaparecidos.
Las estadísticas del Ministerio del Interior, dice Harris,
muestran que el numero de desaparecidos se ha reducido de 2500
en 1976 a 800 en 1978. El total de desaparecidos registrados
por el Ministerio del Interior para el período es de
4,780. Harris estima que las figuras oficiales, incluyendo los
más de 9000 nombres de desaparecidos recopilados por
la oficina de derechos humanos de la Embajada, no son más
que una fracción del total de desaparecidos. En este
memorando, Harris comienza su informe relatando
"Numero de desaparecidos… un oficial de alto rango
ha informado al Nuncio que las Fuerzas Armadas se han visto
forzadas de "encargarse de" 15,000 personas en su
campaña de antisubversión."