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National Security Archive Electronic Briefing Book No. 32

English Version


El Ejército de Guatemala:
Lo que Revelan los Archivos
de los Estados Unidos
Photo still from U.S. Army film shot in 1965. U.S. military advisers confer as Col. Carlos Arana Osorio and an aide look on

El Ejército de Guatemala: Lo que Revelan los Archivos
de los Estados Unidos, por Kate Doyle
 

Volumen I:  Unidades y Oficiales del Ejército
de Guatemala,
por Carlos Osorio
 

Volume II: Documentos

Un informe recopilado por el National Security Archive
Presentado en Ciudad de Guatemala
El 1 de junio de 2000

Editor del Informe:
Kate Doyle, Analista y Directora del Proyecto
Proyecto de Documentación sobre Guatemala

Editor de la Base de Datos:
Carlos Osorio, Investigador Asociado

Editores Colaboradores:
Michael Evans, Investigador Asociado
Tamara Feinstein, Investigadora Asociada
Gretta Tovar Siebenttrit, Investigadora Asociada
Sarah Heidema, Intern

Agredecimientos Especiales a:
Zulima Alvarez

El Ejército Guatemalteco:
Lo que Revelan los Archivos
de los Estados Unidos

Por Kate Doyle
Directora del Proyecto de Documentación sobre Guatemala

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Guatemala Documentation Project

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Introducción

En julio de 1994 el gobierno de Guatemala y la URNG firmaron el Acuerdo sobre Derechos Humanos que contenía el establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico.  Ese mismo mes, el National Security Archive (NSA) comenzaba a trabajar en el Proyecto Documentación sobre Guatemala para lograr la publicación de los expedientes secretos norteamericanos sobre Guatemala.

El primer objetivo del proyecto era apoyar las investigaciones sobre derechos humanos de la Comisión de Esclarecimiento.  Creíamos que el acceso a los documentos desclasificados facilitaría el trabajo de la Comisión ya que los Estados Unidos habían mantenido extrechas relaciones con cada uno de los gobiernos guatemaltecos, con excepción del régimen de Lucas García, desde el derrocamiento de Jacobo Arbenz en 1954.  Este contacto hacía suponer la existencia de un tesoro escondido de información que podía arrojar luz sobre una gama de temas cruciales que incluyen, la política de los EEUU en Guatemala; las relaciones entre los dos países; los sucesos económicos, políticos y sociales; los orígenes del conflicto civil; y detalles de casos concretos de derechos humanos.  También sabíamos que había un tema sobre el que la Comisisión no encontraría información fehaciente pero que estaba ampliamente documentado en las agencias de los EEUU:  el aparato de inteligencia y seguridad guatemalteco.  Como era de esperar, el ejército se convirtió en el tema central del estudio de la Comisión.

El NSA ya tenía experiencia trabajando con comisiones de la verdad en Centroamérica.  En 1992 y 1993 el NSA proporcionó documentos y alguna asistencia técnica a la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas en El Salvador y pudo ver los problemas que tuvieron que afrontar sus miembros para conseguir la información más básica sobre las fuerzas armadas –una información que la Comisión necesitaba para poder entender las causas institucionales tras las violaciones de derechos humanos que tenía a su cargo investigar.  El Dr. Leo Valladares, el ombudsman de derechos humanos de Honduras con el que el NSA ha colaborado extensamente desde 1993, tuvo las mismas dificultades para reunir la información imprescindible sobre las unidades de inteligencia del ejército hondureño detrás de muchas de las desapariciones ocurridas a comienzos de los ochentas.  Conociendo el secretismo y la opacidad tradicionales del ejército de Guatemala, era evidente que la Comisión de Esclarecimiento no iba a tener más suerte localizando información sobre las fuerzas armada que el Dr. Valladares o la Comisión de El Salvador.

El segundo objetivo del Proyecto Documentación sobre Guatemala apuntaba directamente a una restricción establecida en el mandato de la Comisión de Esclarecimiento, “Los trabajos, recomendaciones e informe de la comisión no individualizarán responsabilidades…”, es decir, la prohibición de mencionar nombres y apellidos.

Al National Security Archive le merece respeto la decisión de los negociadores de paz de limitar al alcance de las investigaciones de la Comisión y reconoce que era legítimo dudar de la conveniencia de permitir que una Comisión de derechos humanos, sin competencia legal o judicial, acusara a individuos, con nombre y apellidos, de crímenes específicos.  Lo que sí parecía inaceptable, sin embargo, era mantener el muro de silencio que siempre ha protegido al ejército como institución.  Esta fue la preocupación que motivó la creación de nuestra base de datos.  Nuestros objetivos no son los objetivos de los defensores de derechos humanos.  Una organización de derechos humanos trata el asunto de señalar con nombre y apellidos cuando empieza a estudiar las violaciones y sus perpetradores.  El NSA se aproxima al tema cuando empieza a analizar la institución.

El dilema que plantea la cultura secretista del ejército va más allá de la posible responsabilidad, por supuesto.  Sin información sobre la estructura de las fuerzas armadas, la Comisión habría tenido dificultades para identificar fuentes militares potenciales para dar testimonio o informar de primera mano sobre la violencia.  Y sin datos fidedignos sobre las carreras de los oficiales del ejército habría sido imposible confirmar la información proporcionada por esas fuentes.  No olvidemos además, que habría sido inútil para la Comisión de la verdad y para el público guatemalteco intentar entender cuatro décadas de violencia sin conocer minuciosamente una institución que todo el mundo reconoce como la más poderosa deCaricatura por Guillermo Lorentzen, publicada en el diario guatemalteco Al Día, el pasado 2 de Junio de 2000 Guatemala.  En consecuencia, el NSA decidió construir una base de datos sobre las unidades y oficiales militares más importantes.  Nuestra intención era proporcionar a la Comisión de Esclarecimiento una guía enciclopédica sobre la estructura de mando y organización de las fuerzas armadas como instrumento de trabajo para sus investigaciones –un material de referencia común pero que sencillamente no existe en Guatemala.  Después de la publicación del informe de la Comisión de Esclarecimiento, seguimos refinando la base de datos para presentarla hoy al público.

Y por último, nos pensabamos que era crucial aclarar la responsabilidad de los EEUU en la violencia.  Los análisis en los Estados Unidos sobre la política norteamericana en Guatemala tienden a empezar y terminan con el golpe de Estado de 1954.  Se sabe y se entiende poco sobre el papel complejo, íntimo y duradero jugado por sucesivos gobiernos norteamericanos en Guatemala durante el trascurso del largo conflicto civil.  Los documentos desclasificados permiten atisbar esta relación.  En ellos se detallan las operaciones de los gobiernos de los EEUU sobre el terreno en Guatemala y sus relaciones con el ejército guatemalteco, además de ofrecer un testimonio valiosísimo sobre la toma de decisiones, públicas o encubiertas, en Washington.

 

El Proyecto Documentación sobre Guatemala

El Proyecto Documentación sobre Guatemala comenzó con meses de investigación secundaria que resultaron en una serie de solicitudes presentadas ante el gobierno de los EEUU en 1994 y 1995 basadas en la Ley de Libre Acceso a la Información (Freedom of Information Act - FOIA)  Sabíamos por otras experiencias que ciertas agencias norteamericanas producen regularmente documentos detallados sobre fuerzas armadas extranjeras.  Los oficiales norteamericanos que trabajan en las embajadas reúnen información a través de la coordinación de inteligencia, los contactos entre militares y las relaciones diplomáticas.  Las agencias que con toda probabilidad tendrían documentos sobre el ejército de Guatemala incluían:

Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA):  La responsabilidad de los agregados de defensa de la DIA en el exterior de recolectar y analizar información sobre los ejércitos extranjeros convirtieron a esta agencia en la fuente más fructífera de información sobre el ejército de Guatemala.  Entre las obligaciones de los agregados, que rutinariamente se mueven de un país a otro cada pocos años, se incluyen seleccionar alumnos para los programas de instrucción en los EEUU, dar seguimiento a promociones, identificar oficiales prometedores que pueden llegar a puestos de poder algún día y reclutar fuentes de inteligencia.  Con esta información la DIA produce “resúmenes de inteligencia militar”, perfiles biográficos de oficiales clave, órdenes generales (que rastrean cambios en el mando) y análisis de inteligencia en profundidad sobre temas de seguridad.

Agencia Central de Inteligencia (CIA):  Esta agencia produce dos tipos de documentos relevantes paara nuestro trabajo:  informes de campo de la sección de la CIA en Guatemalaa (protegidos de FOIA por un estatuto especial y por tanto imposibles de conseguir sin intervención del presidente) e inteligencia acabada (finished intelligence) escritos por analistas del Directorio de Inteligencia en la sede de Langley, Virginia.  La mayoría de los documentos que recibimos de la sección de Guatemala fueron el resultado de circunstacias especiales derivadas del escándalo provocado por las relaciones de la CIA con los oficiales guatemaltecos vinculados al asesinato de un ciudadano norteamericano.

Comando Sur de los EEUU (SOUTHCOM):  Las instalaciones militares del SOUTHCOM en Panamá sirvieron de centro neurálgico de la presencia militar de los EEUU en América Latina durante la guerra fría.  Sus analistas y oficiales de inteligencia preparaban los planes de contingencia, analizaban la capacidad de combate de los ejércitos extranjeros e informaban sobre tráfico de narcóticos, inestabilidad política e insurgencia en la región.  También realizaban biografías de oficiales claves del ejército.

Agencia para el Desarrollo Internacional (AID):  Los programas de Seguridad Pública de AID fueron cruciales para el desarrollo de fuerzas de seguridad e inteligencia por todo el hemisferio que manejaran la seguridad interior.  La División de Seguridad Pública de la agencia en Guatemala, que funcionó de 1957 a 1974, redactó cientos de informes sobre las fuerzas de la policía civil.  Teniendo en cuenta que el ejército controlaba el aparato de seguridad, los documento de Seguridad Pública se revelaron como una fuente importante sobre ambos, la policía y el ejército.

Departamento de Estado:  La embajada de los EEUU en Guatemala informaba sobre una gama muy amplia de temas políticos, sociales, económicos y de seguridad durante estos años.  También produjo una gran cantidad de memorandos y análisis anuales sobre la situación de los derechos humanos en el país desde que la administración Carter hiciera de este tema una prioridad. .  Las Oficinas de Inteligencia e Investigación y de Asuntos Interamericanos en Washington también seguía los acontencimientos de Guatemala con regularidad.

Documentos presidenciales:  Estos documentos incluyen archivos de la Casa Blanca y del Consejo de Seguridad Nacional del presidente.  Reflejan el diseño al más alto nivel de la políticas en relación a Guatemala, pero son relativamente escasos ya que se producen sólo en tiempos de crisis.  Los que tenemos en nuestra colección están entre los más importates

En 1995 y 1996, mientras seguíamos solicitando expedientes en base a la FOIA, investigamos
otras fuentes de documentos desclasificados sobre Guatemala incluyendo los Archivos Nacionales, bibliotecas presidenciales (de Eisenhower a Reagan), colecciones de particulares y demás.  La administración Clinton hizo una aportación importante cuando publicó en junio de 1996 el Informe sobre las operaciones de inteligencia de EEUU en Guatemala de su Comité de Supervisión de Inteligencia (IOB), acompañado de alrededor de 6.000 documentos del Departamento de Estado, CIA y Departamento de Defensa.  La investigación se centraba en la información en manos de la CIA sobre los asesinatos del ciudadno norteamericano Micheal DeVine y el conyuge guatemalteco de la también ciudadana Jennifer Harbury.  Al mismo comenzamos a diseñar lo que finalmente sería la “Base de datos del Ejército” y que recogería la información sobre las fuerzas armadas guatemaltecas obtenida de los miles de páginas de archivos desclasificados durante la ejecución del proyecto.

La Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala abrió sus puertas en agosto de 1997.  Le entregamos la Base de Datos en diciembre, y en enero de 1998 le presentamos más de 5.000 páginas de los documentos más detallados y significativos que habíamos recolectado hasta ese momento.  También asistimos a la Comisión en el proceso de obtener documentos adicionales de la administración Clinton, contestar consultas específicas de historiadores e investigadores a medida que avanzaba el trabajo, y escribir ensayos analíticos sobre una variedad de temas que servirían para construir el informe final.

El mandato de la Comisión de Esclarecimiento le otorgó el derecho a pedir información a las partes de los acuerdos de paz, el gobierno y la guerrilla, pero no incluyó penas para quién infringiera el mandato.  De hecho, el ejército Guatemalteco colaboró lo minímo, según el coordinador de la Comisión Christian Tomuschat, y se negó a entregar la mayoría de los documentos críticos que le solicitó la Comisión bajo el pretexto de que estaban exentos por “motivos de seguridad” o que habían sido destruidos durante la guerra.  Ante la falta de colaboración del ejército, la Comisión se vió forzada a depender casi exclusivamente en fuentes secundarias para obtener información sobre los militares –informes sobre derechos humanos de organizaciones no gubernamentales, libros, artículos y ensayos sobre el ejército guatemalteco.  A estas fuentes se sumaron los testimonios de las víctimas de la violencia, sus familiares y testigos; un puñado de entrevistas con oficiales del ejército activos y retirados; y unos pocos documentos procedentes del ejército finalmente entregados a la Comisión y que incluían algunos de los planes de las campañas contrainsurgentes.

 

Informe sobre las Fuerzas Armadas de Guatemala

Este informe, una compilación de información obtenida de los archivos desclasificados, es el producto del Proyecto Documentación sobre Guatemala.  Está compuesto de dos volúmenes.  El volúmen I consiste en los datos sobre las unidades y oficiales militares clave reunidos para uso de la Comisión.  Los investigadores del National Secuirty Archive extrajeron la información sobre la estructura de mando de casi 300 unidades militares de miles de órdenes generales, archivos biográficos e informes de inteligencia producidos por la Agencia de Inteligencia de Defensa desde los sesenta a los noventa; y  luego la introdujeron en una base de datos.  En el volúmen se incluyen dos organizaciones de los mismos datos: primero por unidades, con la lista de los comandantes de cada período, y después por orden alfabético de los oficiales, cada nombre acompañado de un resumen de su carrera profesional.

Las 79 unidades que aparecen en el informe fueron seleccionadas entre las incluidas en la base de datos por razón de los siguientes criterios:

1. Pertenecer al alto mando.
2. Pertenecer a la estructura operativa (por ejemplo:  zonas militares, fuerzas de tareas y brigadas claves)
3. Pertenecer al aparato de inteligencia.
4. Tratarse de centros de instrucción de oficiales (por ejemplo:  La Escuela Politécnica  y la Escuela de la Américas del Ejército de los EEUU).

Los 232 oficiales que aparecen en el informe fueron seleccionados de entre cerca de 2.000 oficiales del ejército guatemalteco en base a estos otros criterios:

1. Haber servido en altos mandos.
2. Haber servido en las fuerzas de tareas (unidades de contrainsurgencia claves)
3. Haber servido en unidades de inteligencia.

El volúmen II contiene cinco ejemplos básicos de las órdenes generales de la DIA y de los archivos biográficos a partir de los cuales se construyó la base de datos, y 48 documentos seleccionados por la riqueza del detalle e interés del contenido de entre los obtenidos a través de la FOIA sobre los militares guatemaltecos.  La variedad de los documentos desclasificados –telegramas de la embajada, informes de inteligencia de la CIA, expedientes de AID sobre programas de policía, análisis de inteligencia de defensa y demás- permiten entrever la vida y desarrollo institucional de las fuerzas armadas durante la evolución del conflicto civil.  Los temas que se tratan en los documentes abarcan:  la cooperación inicial entre el ejército y asesores de inteligencia y contrainsurgencia de los EEUU, la evolución del aparato de inteligencia de Guatemala, las operaciones militares contra la guerrilla, la violencia y abusos de derechos humanos, las luchas internas de poder y las relaciones entre civiles y militares.

Una fotografía emblemática mostrando a dos asesores militares norteamericanos trabajando con el Coronel Carlos Arana Osorio y sus ayudante en 1968 sirve de introducción a la sección documental.  Incluimos esta fotografía para dejar claro que nuestro objetivo es arrojar luz sobre las responsabilidades no sólo del ejército de Guatemala sino también sobre las de nuestras fuerzas armadas en los Estados Unidos.

 

Conclusión

Quedan dos preguntas cruciales que necesitan respuesta:  primera, ¿es la información de los documentos desclasificados fidedigna y digna de crédito?  Segundo, ¿por qué el National Security Archive eligió publicar el informe ahora?

¿Podemos confiar en los documentos?  Sí y no.  Después de más de cinco años de lectura y análisis de los archivos norteamericanos desclasificados para el Proyecto sobre Guatemala del NSA, puedo asegurar que la información de hechos contenida en la documentación sobre la estructura de mando y destinos, rango y promociones de los oficiales es altamente fidedigna.  Este es de la clase de datos que el gobierno de los EEUU recolecta y publica rutinariamente sobre sí mismo, y a la vez, es la clase de material menos probable de estar basado en la interpretación subjetiva.  Nosotros juzgaríamos la base de datos y la versión resumida que se encuentra en el Volúmen I de este informe como de altamente creíble.  Si el ejército de Guatemala encuentra errores en esta presentación de los informes del gobierno de los EEUU, agradecería la publicación en el futuro de su propia base de datos sobre la estructura de mando y las carreras profesionales de sus oficiales.

Por contraste, el amplio archivo histórico –construido con miles de documentos norteamericanos sobre Guatemala desclasificados en el trascurso de los años por la embajada, las agencias de inteligencia y los agregados de defensa- están basados en un proceso interpretativo que puede ser más subjetivo.  Cuando un analista confronta estos documentos se encuentra los mismos problemas que cualquier periodista, historiador y especialista cuando hace frente a una fuente documental primaria, y además, los problemas más graves que confrontan fiscales y acusados a la hora de lograr que un documento sea admitido como prueba judicial.  ¿Cómo evaluamos la veracidad de materiales producidos por analistas con sus propias perspectivas, prejuicios y agendas políticas?  ¿Qué documentos fueron realizados para influir en las políticas, encubrir errores, camuflar decisiones equivocadas, ayudar a promover una carrera personal, ayudar a perjudicar otra o divulgar una posición ideológica?

La respuesta es que el material que encontramos en ellos es sólo verdaderamente útil cuando se le combina con la información reunida por otros métodos.  Tanto el proyecto de la Iglesia Católica de Guatemala “Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI) como la Comisión de Esclarecimiento Histórico, por ejemplo, hicieron cosas que nosotros no pudimos hacer:  reunieron relatos orales de las víctimas o sus familiares; entrevistaron a miembros de las fuerzas armadas; buscaron a perpetradores de violaciones de derechos humanos, condujeron exhumaciones en tumbas clandestinas –todo ello ingredientes críticos para formar una imagen rica y completa de lo que fue la violencia.

Combinada con otra información, los archivos desclasificados ofrecen una visión única sobre el país, la época y las instituciones involucradas.  Los documentos arrojan luz sobre detalles nunca entendidos o conocidos sobre algunos de los casos más importantes de violación de derechos humanos, y además, ayudan a los analistas de derechos humanos y de políticas de seguridad nacional a obtener un cuadro más completo del período en estudio.  A los ciudadanos de los EEUU les proporciona información sobre políticas llevadas a cabo en nombre del pueblo norteamericano pero sin su conocimiento.  Y a los ciudadanos de Guatemala, les proporcionan una visión de muchos de los temas complejísimos que constituyen el meollo de la historia contemporánea de Guatemala –temas que todavía hoy están cerrados al escrutinio público.

El Archivo decidió hacer nuestro informe sobre el ejército de Guatemala publico hoy por varias razones.  La primera es prosaica:  el Proyecto de Documentación de Guatemala está concluido.  La fecha para completar nuestro trabajo era el día que la Comisión de Esclarecimiento Histórico publicara su informe al pueblo de Guatemala el 25 de febrero de 1999.  Elegimos esperar hasta que el gobierno saliente de Guatemala, que ya lleva el peso de  tener que confrontar el informe de la comisión de Esclarecimiento, dejara el poder.  Presentamos hoy los resultados de nuestro trabajo a esta nueva administración, que ha expresado un vivo interés en hacer frente a los retos del pasado con el pensamiento en un futuro democrático.

Hoy en Guatemala hay en marcha un debate dinámico y vibrante sobre el papel de las fuerzas armadas en la sociedad guatemalteca.  Este debate no tiene porqué ser temido, pero sí tiene que ser bien informado.  Aún así, ¿cómo puede el público de Guatemala participar de una manera informada sin la información básica necesaria para tal debate? Creemos que como mínimo el pueblo de Guatemala se merece entender con claridad a su propio gobierno –incluso la institución más secretiva y poderosa dentro de él, el ejército en sí mismo.  De esta forma todas las partes en el debate se verán reforzadas por el conocimiento, los hechos y la historia.

Esta es vuestra historia.  Es información obtenida del gobierno de los EEUU por investigadores y especialistas norteamericanos y está a disposición del público de los Estados Unidos.  Pero pertenece a Guatemala, y ya es hora de que, por fín, esté en sus manos

 

Nota: La Transferencia de Documentos

Los documentos generados por el Proyecto de Guatemala del National Security Archive, incluyendo este informe, “El Ejército de Guatemala: Lo que Revelan los Archivos de Estados Unidos”, así como varias otras selecciones de documentos sobre Guatemala, están disponibles en el World Wide Web (Internet). Para nuestra presentación en Guatemala, trajimos copias encuadernadas del informe, y copias electrónicas del original de la Base de Datos Militar en discos. Además, hemos entregado copias de todos los documentos militares de EEUU desclasificados usados  para recopilar la base de datos (tres cajas), a la oficina del Procurador de Derechos Humanos y a MINUGUA. Para que así los investigadores que deseen verificar la información del Volumen I del informe puedan consultar las fuentes originales. El National Security Archive está en proceso de terminar la producción de una colección de microfichas de cerca de 2000 de los documentos obtenidos a través del Proyecto de Guatemala. Esta será completada a finales de este año y publicada en el 2001.

 


Volumen I:  Unidades y Oficiales
del Ejército de Guatemala

Volumen II:  Los Documentos

 

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